Ponencia sobre el Movimiento Estudiantil | Análisis histórico: el pasado del movimiento estudiantil. La transición democrática (1975-1990)

Recogemos en esta primera entrada el contenido de parte de la charla que se ofreció en el marco de las I Jornadas Combativas a lo largo de noviembre de 2023 en la URJC donde, en el encuentro «Pasado, presente y futuro del movimiento estudiantil«, la Comisión de Formación de URJCombativa elaboró dos intervenciones para una ponencia abordando, por un lado, una revisión de parte de la historia del Movimiento Estudiantil:

El movimiento estudiantil fue un pilar fundamental para la transición política. La transición política va precedida de la transición social, creada en los entornos universitarios. La generación de universitarios durante la transición configuraron un sistema de pensamiento y militancia que exigía un análisis de la microhistoria y la movilización social en los actos colectivos. Hicieron imposible la continuidad histórica, sociológica y política de la dictadura, buscaban un cambio, pasar de una cultura política delegativa a una participativa. Los valores sociales y el matiz político subversivo estaba presente en la generación estudiantil de 1975.

Durante el proceso de transición democrática tras la muerte de Franco, muchas de las reivindicaciones sociales pedidas por el movimiento estudiantil fueron satisfechas. Se produjo una ruptura con los valores del franquismo, incorporando a la política temas propuestos y debatidos continuamente en ambientes intelectuales vinculados a la universidad El movimiento estudiantil pasa de una cultura revolucionaria a democrática, dedicada a educar a la población en la política y la cultura que muchas veces podían suponer las barreras de clase.

A partir de 1975 el movimiento estudiantil comenzaría a actuar a través de protestas puntuales que a menudo acabarían en violencia. Su objetivo era reorganizar y reestructurar la universidad desde dentro. La lucha adquiere un carácter estrictamente universitario, dejando prácticamente de lado la protesta social. Las organizaciones estudiantiles se habían legalizado, lo que cambiaba por completo el modo de actuación del movimiento. Además se crearon numerosos mecanismos e instancias para solucionar los problemas y conflictos, la coordinación de acción estudiantil resulta más difícil por la institucionalización de la universidad y su movimiento estudiantil.

En 1976 se firma el “Acuerdo de los 10”, una promoción para el sindicato universitario estudiantil, con el fin de crear un sindicato unido e institucional que representará a los estudiantes. No obstante, diferentes movimientos de izquierda no firmaron y crearon una alternativa sindical autoorganizativa. En este mismo año hasta 100 mil alumnos y maestros en total entraron a la huelga por la falta de condiciones concretas de educación democrática. En 1977 excepcionalmente en el movimiento en este proceso de transición política, surgieron numerosas movilizaciones por cuestiones políticas en un contexto de protestas internacionales en Europa y en Estados Unidos como en 1968.

A partir de 1978 es cuando empieza a latir el sentimiento institucionalista en el movimiento, una actitud corporativista con la universidad. Durante la dictadura la universidad debía luchar por la libertad frente al poder gubernamental autocrático, pero en democracia es concedida la autonomía, un margen de actuación al estudiantado, no utilizar los recursos propuestos por la institución era visto como una irresponsabilidad. La organización de la universidad, la posibilidad de institucionalización surge gracias al poder del pueblo, a la democracia por la que tanto se había luchado durante el franquismo en el movimiento estudiantil. Esto dio lugar a periodos de inactividad y sumisión a las decisiones institucionales.

En 1979 se presenta el proyecto de la Ley de Autonomía Universitaria (LAU) por parte de UCD. El movimiento resurgió en las calles y en las universidades, comenzaron a haber movilizaciones contra la ley, donde había reivindicaciones como por ejemplo la disminución de tasas universitarias o el aumento y mejora de la política de becas. En una manifestación autorizada en Madrid fueron asesinados por la policía dos jóvenes: José Luís Montañés Gil y Emilio Martínez Menéndez. En consecuencia, se amplió la visión del movimiento, mirando a futuro, lejos de la LAU, buscando un cambio en el movimiento asambleario independiente, dejando de lado la institución y buscando justicia. En 1980 continuando con la línea del año anterior, la Coordinadora de Estudiantes Universitarios de Barcelona organizó una huelga contra la ley que se extendió al resto de España con manifestaciones y altercados debido a la continua presencia fascista en los centros universitarios. Los estudiantes luchaban a favor de una ley con base social, contra la privatización de la enseñanza, a favor de los centros públicos y gratuitos que pudieran autogobernarse económica y académicamente para satisfacer las necesidades científicas y culturales del pueblo.

En 1983 la Ley de Reforma Universitaria (LRU) por parte del PSOE. Desde la universidad se estará en contra de estas legislaciones. En este mismo curso universitario se realizó la primera reunión de la Coordinadora Estatal de Estudiantes, que se cree que su origen se encuentra en el PSOE para mantener el movimiento institucional y en consecuencia controlado, para negociar y no tener que enfrentarse a diferentes colectivos. Fue un instinto de coordinar la actividad de los estudiantes en su vida universitaria desde la institución, un intento de corporativizar el conflicto y la acción del movimiento estudiantil. Fracasó en 1985 por los conflictos entre responsables de la universidad y militantes y alumnos.

Durante la década de los 80 se observa una despolitización del movimiento, dejando la protesta en mínimos. Había un vacío social en la universidad. El movimiento estudiantil de la década pasada se diferenciaba de ésta por el cambio del régimen político que había sido el principal motivo de lucha. Las condiciones económicas y sociales del alumnado se relegaron a un segundo plano como si no fueran el punto determinante para entender los conflictos y problemas del estudiante, causa por la cual se moviliza y organiza. Los estudiantes en consecuencia perdieron influencia en las decisiones políticas y la universidad perdió protagonismo en la vida social. Esto llevó a que los estudiantes desde 1990 se relegaran a la aceptación, consecuencia de la crisis ideológica y política, a pesar de no identificarse con la sociedad y sufrir problemáticas políticas como alumnado.